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4/5/09

Palabras del Director

/Textos de Caudal/


Te ofrecemos aquí una muestra de la columna "Palabras del director" de Caudal.

Específicamente se han seleccionado los fragmentos más significativos de aquellas Palabras... en las que se define, proclama y enfatiza el espíritu que alienta la revista.









EL NACIMIENTO DE CAUDAL

La publicación cultural que ahora nace está abierta a todos por igual, sin distingos. El único pasaporte que exigiremos para acceder a sus páginas será la calidad. (...).

No es esta la revista de un grupo de amigos o de una secta. Es la revista de todos los que de verdad -sin actitudes excluyentes ni dogmatismos, y sin tener en cuenta edad, condición social ni, por supuesto, sexo-, estén de verdad interesados en la promoción de la lectura pública, en la difusión de la cultura y en el desarrollo de la crítica como reflexión y pensamiento.

Entiendo Caudal como un ágora, como un lugar de encuentro para el diálogo y el debate civilizado y respetuoso entre lectores y creadores de todas las latitudes. Es mi deseo que en estas páginas se manifieste la pluralidad de voces que existen en la realidad viva de nuestra sociedad y del mundo. Me subleva el discurso monocorde, monolítico, reductor y castrador que quiere imponernos una visión única de la vida. La realidad del hombre y de la sociedad humana es más amplia, plural y rica que ese “dos más dos son cuatro” del racionalismo ramplón y miope o que el pragmático discurso de las nuevas tendencias que entronizan el mercado como el Dios verdadero y único...

Con sumo empeño nos esforzaremos en ofrecer a nuestros lectores un producto de calidad, cuidado en todos los aspectos de su factura: papel, diagramación, legibilidad de la tipografía, fotos e ilustraciones.
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Caudal año 1, número 1, Enero-marzo de 2002



CAUDAL TRECE

La calidad de Caudal se ha puesto de manifiesto en la factura y elaboración de los trabajos presentados, así como en la meticulosa y cuidada edición de los mismos. Ya sé que no hay ediciones perfectas, pero sí podemos decir que hemos cuidado con amoroso esmero cada número de la revista.
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La literatura, las artes y el pensamiento crítico han sido los contenidos esenciales de la revista, que durante estos tres años ha mantenido una reflexión de altura sobre diferentes tópicos y asuntos de alto interés para nuestro lectores, tanto nacionales como extranjeros.

Caudal apostó y apuesta –y en ese mismo tenor sigue y seguirá– por el pensamiento democrático y libérrimo, sin trabas ni cortapisas, manteniéndose bien alejada siempre de todo lo que comporte discriminación (conómica, social, sexual, racial) y combatiendo con tozudez y denuedo –aunque sin estruendos ni alharacas ni descalificaciones gratuitas–, cuanto pretenda mermar y obstaculizar el crecimiento humano integral de los ciudadanos libres que son nuestros lectores.

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Caudal, año 4, número 13, Enero–marzo de 2005



CAUDAL, LIBÉRRIMO ESPACIO CRÍTICO

Las revistas culturales son absolutamente indispensables para el desarrollo integral de una nación. Caudal es un espacio libérrimo donde se ejerce la crítica seria y constructiva sin cortapisas de ninguna índole y en el que todas las voces tienen cabida. Todas las voces, sin distingos.
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Caudal cree en la gente, cree en el país. No es para nada cierto que nuestros conciudadanos quieran siempre (ver, escuchar, leer) lo mismo: lo fácil,lo ramplón, lo pobre, lo mediocre, lo mezquino, lo soez. No es cierto. No es para nada cierto. Todo lo contrario. Nuestra buena gente está ávida de cosas buenas, válidas, nobles, ricas, complejas, cosas que les aporten algo y que las nutran interiormente. Haber entendido y haber creído en esto es y ha sido una de las grandes fortalezas (sino su base de sustentación más sólida y eficaz) de Caudal.

Caudal cree en sus lectores y siente un profundo respeto por todos ellos, cree en su sensibilidad,en su inteligencia, en su capacidad crítica y analítica, en su capacidad de discernimiento. Por eso se esmera en la selección del contenido general y en la presentación material de cada uno de sus números, en la elección y colocación de sus fotos e
ilustraciones (ambos siempre rigurosamente inéditos, al igual que la totalidad de sus contenidos), nunca actúa de manera arbitraria ni improvisada. Siempre digo lo mismo: entiendo Caudal como un jardín neoclásico, como una ciudad bien organizada, es decir, en verdad y en suma, “civilizada”, en la que la adecuada e inteligente señalización hace posible una circulación fácil,
cómoda y confortable a lo largo de sus espacios.

Frente al discurso único y monocorde, frente a la vulgaridad y la bulla ensordecedora y el desorden generalizado, institucionalizado, Caudal apostó por lo sutil, por lo refinado y plural, por lo agudo e inteligente, por lo sensible, por cuanto engrandece y enaltece el espíritu; Caudal apostó por la riqueza de conte
nidos, por los textos bien concebidos y mejor elaborados. Hay una ética del trabajo intelectual que muchas veces se desconoce y se trasgrede: Caudal la ha respetado rigurosamente durante estos cinco años de vida.

No me engaño. Tengo clara conciencia de que la revista que dirijo no va a cambiar el país. Pero sí tengo la absoluta certeza de que el cambio que aquí tantos estamos anhelando y sentimos como imperiosamente necesario y urgente, pasa por la existencia de revistas culturales como Caudal: un número razonable de publicaciones de esta índole y naturaleza sí lograría propiciar transformaciones sustanciales en el tejido íntimo (social) de la nación, incidiría de manera decisiva en su desarrollo social, cultural y humano.

Es por este firme convencimiento que, aunque cueste sacrificios y esfuerzos, Caudal seguirá llegando a las manos de nuestros lectores con la regularidad de siempre, cada trimestre, en los años sucesivos.
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Caudal, año 5, número 17, Enero-marzo de 2006




CON EL EMPUJE DE LOS ÁNGELES

Seis años después (Caudal vio la luz en 2002) seguimos creyendo en la cultura, seguimos apostando por la promoción de la lectura pública, por la literatura y su poder generador, por su condición de fermento activo de los pueblos; seguimos apostando, en definitiva, por la perfectibilidad de los hombres y mujeres de nuestra sociedad.
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No creo que pueda construirse un espacio digno de ser habitado (llámese nación o país) sin contar con el sólido sustento nutricio de una cultura viva y en permanente ebullición crítica y autocrítica. No nos engañemos. Hay que entenderlo bien y decirlo mejor: la cultura lo permea todo. Así, de ningún modo es posible imaginar un Jaguar, un Aston Martin o un Rolls Roice (por ceñirnos a la glamorosa industria automovilística europea), sin el lúcido y humanísimo teatro de Shakespeare detrás, como tampoco lo es imaginar un Mercedes o un Audi sin la sabia obra de Goethe detrás.

La promoción cultural es una ardua y dura tarea. Durante estos seis años hemos trabajado en Caudal de manera incansable y tesonera, con método, con rigor, con sistematización; con clara vocación de servicio, con generosidad, con amplitud de miras, sin sectarismos ni cerrazones de ninguna índole.

Hemos luchado de manera infatigable por crear un producto cultural que de verdad expreserepresentativo de la cultura dominicana actual, a la par que decididamente abierto a la cultura universal.

En esta ardua labor hemos tenido la gran satisfacción y la enorme dicha de contar con el apoyo de generosos y desprendidos colaboradores de diversa naturaleza (intelectuales, escritores, artistas visuales, diseñadores gráficos, periodistas) y extraordinario talento, sin los
cuales de ningún modo hubiera sido posible la revista. Como también la gran tranquilidad de tener el sostenido apoyo financiero (materializado a través de la promoción de sus productos y servicios en nuestras páginas) de importantes y prestigiosas empresas nacionales.

Gracias a todos ellos, y a nuestros fieles lectores, la revista es hoy (....), un vigoroso río de caudaloso y rebullente cauce que, con el vital fermento nutricio de sus aguas, enriquece la cultura nacional, a la par que la promueve y difunde en el interior del país y en el extranjero.

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Caudal, año 6, número 21, enero-marzo de 2007



NUEVAS VOCES, NUEVOS TALENTOS

En este número Caudal abre sus páginas (y lo hace con enorme satisfacción y regocijo) a nuevas voces, a jóvenes creadores, a nuevos talentos. Siempre hemos procurado hacerlo así, conscientes de que una de las misiones esenciales de toda revista cultural que se precie es justamente ésta: la de descubrir los nuevos talentos, contactarlos, acogerlos en sus páginas y darlos a conocer a sus lectores.
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Esperamos que [todos estos jóvenes autores ] continúen con tenacidad, dedicación y esfuerzo
cultivando las letras, y que asuman esta noble tarea no como un medio para alcanzar un fin (gloria, poder, notoriedad, riquezas); sino como un fin en sí mismo. Como en la febril y afanosa tarea del alquimista en la búsqueda de la piedra filosofal, la escritura nos transforma, nos organiza y centra, nos equilibra y estabiliza mental y espiritualmente, nos hace seres más hondos y ricos, más sensibles, receptivos y perceptivos, de mirada más amplia, limpia y aguzada y, por tanto, más comprensiva y tolerante. Esto es lo que nos aporta la escritura cuando la asumimos y acometemos con autenticidad. Pero además, a todo ello debemos añadir cómo esta alta disciplina del espíritu nos permite comunicar a los demás nuestra siempre singular, única e irrepetible experiencia individual y nuestro rico y complejo mundo interior, con lo que ampliamos de manera significativa la experiencia de la especie, el conocimiento mismo de la Humanidad y de lo humano.
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Caudal, año 6, número 23, Julio-septiembre de 2007


-Entrevista a Carlos Enrique Cabrera en Agulha:
"Con el empuje de los ángeles"
-Puedes leer también la entrevista en:
Cambio RD (pdf)
Conjuros


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